Sentir dolor.
Hay momentos en la vida en que nuestro cuerpo nos hará experimentar un dolor físico, probablemente alguna migraña, dolor muscular, cólico, sea lo que sea estará ahí haciéndonos mención que existe y que quiere vivir unas horas o días con nosotros.
Hoy me ha sucedido a mi, he despertado con un dolor que me ha querido hacer desaparecer, pero en mi afán de por primera vez negarme a las pastillas de siempre, me he quedado esperando que el dolor cediera por si solo, he estado casi una hora soportando, hasta que simplemente me vengo abajo en mi decisión, (pero demasiado tarde, probablemente me faltó muy poco para poder superarlo sin pastillas).
He tomado la pastilla de siempre, y justo minutos después de eso me vienen las nauseas, la presión se me baja, siento mi cuerpo temblando y sin fuerza. Me he quedado sin ganas de nada y aun retorciéndome de dolor algo dentro de mi estaba tranquilo porque ya había tomado la pastilla, (efecto placebo tal vez) pasaron quince minutos y seguía sin sentir mejoría, se supone que a la media hora empiezan a surgir las mejoras tras tomar ese medicamento, la cuestión es que me he desecho de esa pastilla botándola al inodoro junto con mis jugos gástricos. No se si he llegado a los 30 minutos con la pastilla dentro de mi. La duda me invade, y no podía simplemente ir y tomarme una pastilla mas, me detengo a pensar que la pastilla probablemente si llegó a estar el tiempo suficiente para aminorar el dolor.
Pasa una hora mas y sigo estando igual, estoy respirando fuerte, y moviéndome para tratar de así controlar el dolor, pellizcando mis dedos y brazos para que mi cerebro se olvide que algo le esta doliendo. Me duermo por instantes pequeños y me despierto sintiendo todavía la sensación en el cuerpo, me vuelvo a dormir, y entre los momentos con los ojos abiertos la luz me duele en los ojos, me quedo bajo las cobijas y me abrazo a mi misma esperando que todo pase.
Y me invade la pregunta:
¿Podré morir de dolor?
¿Habrá alguien que no haya resistido a un dolor muy fuerte y haya muerto?
O tal vez pueda ser que exista el efecto inverso, que alguien haya muerto por dejar de sentir dolor, tal vez el dolor es indispensable en nuestra vida para hacernos consientes de que estamos vivos. O tal vez a veces nos acostumbramos tanto al dolor que nuestro umbral va aumentando, y simplemente a veces ya no sentimos nada.
¿Podrá ser eso real?
Tendría que investigarlo, (no hablo de alguien con CIPA “Insensibilidad congénita al dolor Con anhidrosis” que son personas que nacen sin sentir dolor)
¿Podría darse que alguien que está sometido siempre a un tipo de dolor acabe acostumbrándose a el? Algo similar a lo que Wim Hof el hombre del hielo esta acostumbrado a vencer. (?)
Hoy me creo incapaz todavía de dejar las pastillas, pero espero a la siguiente poder aguantar un poco mas.